Décimo séptimo escrito fraterno "Deposición soñada"

                                              Imagen de Elien Smid en Pixabay 


Mensualmente realizo un  saludo a los países que han tenido un alto número de visitas observadas en las estadísticas de la plataforma Blogger. En esta ocasión será Países bajos y revisaré uno de los poemas de  Christiaan Johannes Van Geel llamado "Deposición soñada". En su revisión me acerco a la corporalidad y sus rincones ocultos. Aprecio mi cuerpo y me conecto con otros en tanto necesidad y deseo desde algo tan básico como son las deposiciones. Poesía de ocultos rincones, cuerpo es materia que interpela límites establecidos por otros. Re leeré sus versos y escribiré prosa junto a ellos.

Llevaba su esqueleto bajo el brazo

y buscaba entre las rocas una tumba.

Nuestra socialización se ha mantenido en estricta observancia a ciertos valores religiosos en cuanto a separar el plano intangible, psiquis y espíritu de la materia. Plano que gobierna otro, atenta preocupación y la más estricta obediencia sensorial de nuestro cuerpo físico. Esa idea, de alguna manera fue instalada en el imaginario social y cultural por el poder y su brazo normativo. Fuertemente se moldeó el colectivo y con ello se estructuró nuestras individualidades, hasta el grado de atentar la unidad de la persona humana. Su consecuencia fue convertir al cuerpo en territorio de resistencia y conquista para los seres humanos; de ahí la tarea de apropiación paulatina para ejercer libertad y decidir desde la autonomía. Hoy muchas personas sienten necesidad de configurar sus cuerpos lejos de los cánones habituales dados por las estructuras de poder.  Debemos agradecer ello a Foucault y otros, también al pensamiento feminista y las corrientes de género y LGBT que paulatinamente, muchas veces con grandes dificultades, han aportado nuevas posibilidades a las necesidades y anhelos de expresión humana. 

La poética es pensamiento, así lo asumí en este blog. Todo poema invita, presenta un mundo nuevo. Las tradiciones y contextos culturales donde provienen entregan fuerza al contenido. Es el caso de los Países Bajos que se incorpora en las estadísticas y con ello a la dinámica de revisar poesía desde aquellas particulares perspectivas de nuestro común- habitar. "Un hombre sensato no mea contra el viento" dicen que es la frase grabada en la entrada de Amsterdam. Quizás por ello el poema dedicado a la "deposición soñada" puede ser la muestra de una identidad transgresora que integra dimensiones de una misma humanidad.

¿Cómo aprecio el poema?  Es una oda que nos invita dejar atrás aquellas estructuras mentales que dan forma al cuerpo humano y que son observadas por el consenso a través del color blanco "pureza". Una forma de reflejar los hábitos de seguridad que conforman tradición en occidente. Útil es el poema para nuestro presente, época de transformaciones mundiales en que la flexibilidad se incorpora como requisito de sobrevivencia. ¿Es el esqueleto una forma simbolizar el andamiaje  sociocultural que nos regula hasta el punto de reprimirnos? Todo ese pensamiento transmitido por nuestros significativos, y que las experiencias reforzaron o desecharon se encuentran ahí representados. Este poema nos aconsejaría restar importancia a ello y sentirnos, con justificado permiso; una masa de carne, un flexible y bestial cuerpo de músculos y sensaciones que se dilatan y se contraen. Al parecer, para hacerlo de manera soñada existiría como condición echarnos bajo el brazo aquella firmeza dada por nuestro esqueleto. En la carne está el deseo, no en los huesos. Hacerlo de manera soñada es olvidarnos de cualquier regla humana, cualquier característica que nos haga personas. Aunque sea por un momento... tan solo un momento conectarnos con el animal que somos y olvidarnos de las estructuras socioculturales que lo forjan. Relajarnos con el olvido, disfrutar la salida y gozar la distensión. 

Las rocas son reflejo de firmeza también. Un ajeno espacio de comodidad... lugar protegido...lugar para el digno entierro de lo inútil... de lo que ya no necesitamos seguir cargando. Un lugar para entregar los recuerdos de nuestras aventuras y extravagancias. Un mausoleo para agradecer los restos de la merienda que llevamos para el viaje.

No puede ser cualquier lugar, hay una búsqueda de por medio, un espacio de rocas que se transforma en una tumba. Es mandato enterrar lo que esta muerto o quizás matar y sepultar cuando se amerite. Una tumba es una fortaleza que se abre desde adentro. Un ciclo que finaliza, sepultura para los recuerdos que ya no sirven, un espacio de entrega para dejar es requisito para continuar la vía trazada. No hacerlo significaría envenenamiento, contaminación por desperdicio acumulado. Las rocas se transforman en un inerte entramado protector; desolado, recóndito en el espacio- tiempo de los símbolos humanos. La roca es además materia perdurable, atractivo lujo que no encontramos a menos que nos dirijamos al mar o a la montaña.  

¡No te olvides! tu que has vivido la experiencia de una vida humana un poco más integrada que nuestros padres y antiguos ¿existe alguna razón que te impida buscar aquel sueño?... no te olvides expulsar lo que no te sirve en algún desolado lugar que como un cementerio, siempre recibirá los oscuros y mal olientes desechos de tu cotidiano vivir. No se te olvide olvidar todo en cuanto a reglas y costumbres sociales. Desde este escritorio y con una copa de vino en la mano, te deseo que con tranquilidad y sin culpa disfrutes, como nunca antes, de tu especial masa de carne suave y contraíble, y,  que le permitas ofrecerte la mejor y más soñada defecación que jamás hayas hecho. 

NOTA: la copa de vino fue casual, no obstante, si la interpretamos desde la psicología se convierte en un mensaje enviado por el inconsciente. Un refuerzo positivo para educar mi expresividad en estas materias, especialmente porque se hablan poco en este rincón del único cono sur que tiene el mundo.


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