Décimo quinto escrito fraterno "Jailangkun"

 


Mensualmente realizo un saludo a los países que han tenido un alto número de visitas observadas en las estadísticas de la plataforma Blogger. En esta ocasión será Indonesia y revisaré uno de los versos populares recopilados de la práctica del Jailangkun. En su revisión constato parte de los sentidos que los grupos humanos le dan a sus prácticas rituales. Los temas espirituales o "estudio del fenómeno religioso" desde las ciencias sociales son interés para mi desde hace algún tiempo. Declaro buscar para comprender, a su vez que sentir para acompañar. Re leeré sus versos y escribiré prosa y rima junto a ellos.

Sin duda que escribir es también jugar y la dinámica de este blog nos ha invitado a ello. El registro de lugares donde proviene las visitas a esta plataforma son remotos y sorpresivos. Asumo que se han transformado en una excelente excusa para ofrecer nuevo contenido, en cuanto a posibilidades de intercambio con sus cosmovisiones y letras. Despierta mi alegría sentir que somos parte de este planeta en que inevitablemente, lo que les pasa a algunos nos afecta a todos. 

En este momento observo al sudeste asiático. Indonesia es un Estado que recoge una diversidad tan grande que fácilmente equivaldría a un continente. Viejas costumbres que la tradición obliga a perpetuar porque ya cuentan con un significado y ofrecen seguridad frente a lo caótico que puede resultar... 

un mundo de tifones, lluvias y monzones, 

   erupciones y terremotos, espiritualidades y religiones,

        conquistas , guerras y dictaduras,

              muchos humanos que son leyenda junto  a las aves y grandes fieras.

Convicciones profundas emergen del dantesco escenario en el que deseamos las certezas de una siempre vulnerable condición humana. Condición que a su vez proyectamos, incluso traspasando limites naturales. Increíblemente la vida y muerte pueden ser mas franqueables que el mar, históricamente gran señor de todo lo inmenso. 

Las cañas de bambú te hacen un barco. Enciende las linternas; hacer un puente para cruzar

Aquí hay una llave grande para sostener. Y una pequeña llave para usar

El Jailangkun es una canasta vestida de ocasión especial, útil instrumento para viajes y ofrecimientos, una conexión que no se pierde ni con el inconmensurable Dios tiempo. Conectarme con la cultura de esos confines me hace tomar postura, aprecio la costumbre, pero sobre todo el diálogo, valoro el diálogo que sin imposiciones releva el respeto. Rescato la dimensión espiritual, en cuanto Fe y experiencia sensorial.

Son versos provenidos del concepto popular, tradición y múltiples voces, adaptación de las personas al cotidiano interactuar. Hombre, mujer y contexto; historia y saber que explica, ofrece pautas y se multiplica. Apreciados verbos integran cinco elementos que configurados se transforman en un presente jamás quieto... 

construir horizontes de inmensidad

navegar por rutas de complicidad

iluminar los cuatro rincones del cielo

cruzar obstáculos inconmensurables

usar lo necesario, con la mente en la preservación

sostener mi Pueblo, promoviendo su proyección.

He pretendido poetizar sobre versos de cambio y transición. Materialidad que transporta, significación que involucra relaciones de armonía. Barco, linternas y puentes. Llaves grande y pequeña, frente a la gran puerta se reconocerían.

Pensar lo sagrado es reconocer cuan profunda es la raíz. Es apreciar lo interno porque nos entrega pistas de como es lo superior. Creo en la práctica ritual porque construye comunidad de ideas y sentidos para reforzar lo importante. Un grupo humano valora de acuerdo a su territorio desde un punto de partida como es la creación, los mitos son historia. La suma de sus explicaciones definen una situada cosmovisión que responde, fijando reglas inacabadas para el agradecimiento como gran principio universal. Logro percibir el Gran Pacto de los humildes frente a lo inefable; respetuosa conversación con lo que hay, porque fue y también será.


 

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