Frente al introspectivo Tarot.


Conozco de tarot, no leo suerte ni soy adivino. Solo profundizo en una historia humana de imágenes que son personajes, arquetipos o representaciones sobre situaciones colectivas y que pertenecen a la misma humanidad, por lo tanto nos involucran. Se repiten en varias culturas y conforman un universo de símbolos. Son occidentales. Sin desconocer su raíz egipcia, se anclan fuertemente en el mundo europeo medieval. Varios autores las señalan como un sistema de códigos para comunicar lo mucho que quedaba fuera de la visión basada en el cristianismo y en la institución iglesia que preparaba su proyección milenaria; lamentablemente de la forma más cruel en un extremo, pero también  muy humana y llena de virtudes por el otro.

Frente a lo vago de un mundo siempre inseguro, el ser humano busca alternativas para creer y dar sentido a su existencia.  Así es como nace la religión y se ha mantenido desde nuestro origen remoto comprobado en la arqueología. El tarot se  ofrece  como oráculo afirmando decisiones, sobre todo en momentos en los que no hay suficiente entereza para procesar las dificultades que nos impiden hacerlo o la Fe y religión decaen, en el caso de los creyentes.

Como bien dije en el inicio, conocer este tema involucra conocer imágenes y profundizar en lo vinculante que pueden llegar a ser. Podrían apoyar procesos introspectivos, a través de un ejercicio interaccional, una mirada juguetona y muy seria a la profundidad de las situaciones. En la elección de las cartas hay coincidencias, a veces muchas. El psicólogo C. Jung habla de sincronías, todo se conecta en alguna medida, las cuestiones humanas son más complejas que una causa y efecto simple y lineal. El tarot sería una de las muchas alternativas, que fortalecen las convicciones, en escenarios donde todo se conecta dentro del gran espacio  armado por el Ser superior.

Se llega aquí de maneras misteriosas pero sencillas. Lectura e interés de la mano de un autor, que comparte vivencias parecidas como lo es el chileno A. Jodorowsky, convirtiéndose a la larga en mi principal fuente. Con el tiempo, inquietud y curiosidad por los símbolos previo a un periodo de solitaria crisis. El  camino ha sido su estudio superando así un momento de gran encierro. Puedes jugar, creer es un juego. Una opción que puede hacer que te sientas mejor.  Siguiendo sus referencias es que inicié la tradición de repasar las experiencias anuales bajo este prisma. También escoger una carta que será aliada en mis desafíos para el año siguiente. Muchos arquetipos vivimos más unos pocos se quedan en el consciente haciéndose trascendentes.

El Loco; ha sido reiterativo como aliado para los desafíos del momento, tanto que paso a ser una filosofía  de vida. El loco da fuerza. El loco es la imagen del aventurero. Un valiente buscavidas que disconforme con su hogar y un ambiente que no estimula decide marchar. Por supuesto que se ganaría fama de loco al que sale de sus seguridades y  de esa hoy llamada zona de confort hacia la mundana incertidumbre. Creo que ese ímpetu y su valentía legendaria energizaba todos los ambientes que resultaban pequeños ante un personaje inquieto y con habilidades expresivas. Un loco sabe de vida y experiencias porque ha estado allí donde los otros las han vivido. Sabe enfrentarse a  sus obstáculos  porque ha logrado hacerse flexible y aprender haciendo. El loco aporta en la dirección que apunta, pero también huye  y su ausencia se nota. Escapa de situaciones y deja vacíos. No necesita mucho. Una bolsa pequeña para sus cosas, una dirección y un perrito que lo siga, ya que vive de afectos.  El loco también se pierde. Su manera de perderse es dar vuelta en si mismo. Caminar mirándose sin avances, solo encerrado en lo que fue y en lo que podría llegar a ser si lo intentara.

La papisa; ella es una buena compañera. Una  fuerza y energía inigualable orientada a gestar proyectos, prepararse y empollar ese huevo misterioso a su lado. Gesta una historia nueva, es el momento de calma previo a la gran batalla, pero no actúa, otros lo hacen.  Su historia es leyenda. Un fraile hizo una crónica no oficial por el orden de aquella época. La papisa Juana, una mujer de mucha inquietud que se viste de hombre para servir a Dios fuera del rol preparado exclusivamente para las mujeres. Fue osada, muy valiente y preparada intelectualmente. Para  cumplir con su meta se vistió y respondió a todas las tareas exigidas para un religioso. Desde ese personaje llego a ser investida como papa. Pero fue tal la sorpresa que un día caminando en alguna de sus actividades muy concurridas se siente mal y de pronto en medio de fuertes  dolores expulsa a un bebe de su vientre. Se encontraba embarazada de un oficial cercano. Ese huevo paso a ser el símbolo de sus logros, pero también de esa vida humana que gestó y que lamentablemente no llegó a buen termino.

El sol; una carta especial para las circunstancias del momento. Asumo  que no puede ser de otra manera, considerando el natural optimismo de base. Este año, contar con el sol es contar con vida y luz como  también un hermano. Las figuras son dos humanos, al parecer gemelos. Para muchos antiguos, el sol es padre y contar con su  bendición  es  dejarse acompañar por una figura omnipresente como Dios o esa autoridad paterna positiva, que por estar o no hacerlo, se ha encargado de grabarse en el corazón de cada cual.  Esta carta no muestra  los medios más que una pareja de humanos, un camino y la luz que lo rodea todo. El tiempo en la carta no es inmediato, el sol y su buen augurio no significa ganar la lotería. Significa esfuerzo diario que es el único requisito para el éxito de cualquier plan, lo que en equipo le da mucha más potencia.

El colgado; no lograr tomar una decisión importante. Un caminante que se encuentra con una trampa agarrándose de un pie y quedándose colgado a un árbol. Esta posición, era una forma de castigo en el siglo XVIII. Una cerámica alemana lo tenia dibujado. Para el tarot, es señal de introspección y  de esa conexión muy particular con la incertidumbre humana. Imagina que es una estructura la que te sostiene y da las gracias por ello, a pesar de ser una situación que te agobia un poco y no te nutre como tu esperabas. Fue momento de dificultad no lograr elegir un camino y por ello sentirse atado e inmóvil, solo observando lo que te rodea. Además es sinónimo de mundo interior y de íntima revisión, eres un feto conectado solo por el cordón umbilical.  Solo escogiendo la opción se logra salir y superar un momento así,  el camino te seguirá mostrando un horizonte.

El diablo; es conflicto. Es la manera de vincularte a veces con tus lealtades familiares y tus historias tristes. Puede ser, un no sentirse capaz por haberlo creído así desde pequeño, ya que así me lo hicieron saber los significativos que tenías. Por lo que continuar con esas ideas, te llevarían a sentir lealtad para con ellos. El ego aparece aquí como gran protagonista, junto a esa necesidad de apego a toda costa, incluso de la propia felicidad.  A su vez, es el recuerdo de aquella moral no aireada, sin conciencia ni fondo, repetitiva y rígida. Aquella moral que es necesario discernir. No todo es obligadamente de una manera, sin la necesaria reflexión adulta para el buen actuar que logremos concluir. El diablo obliga a cuestionar, a mirar los hechos, costumbres y malos hábitos con valientes ojos para  des-amarrarse y permitir un crecimiento mayor. Es la única manera de seguir y continuar creando tu libertad.

Es así, como resulta que un  loco energiza una necesidad de estudio y un rol familiar. A su vez la papisa, apoya la preparación de nuevos  proyectos que se gestan  cobrando importancia en la medida que crecen. Se torna dinámico el momento de vida particular, al contar con buenas proyecciones dadas por un sol que bendice y hermanos de tu lado. No se deja de tener dificultades, además de considerar un escenario complejo que te ha obligado a ir mas lento de lo que creías. Cuando lograste salir de un momento de revisión personal te metes a otro donde deberás afrontar un presente de inseguridades y miedos limitadores de la re- interpretación de ti mismo.

Este fin de año 2017, seguiré con mi rito para lo que viene. Elegiré una carta aliada y me sentiré acompañado de una historia de significados caminantes como la existencia humana.  Durante el año, aparecerán otras, se volverán importantes hasta dominar  los escenarios de aquel futuro de cabeza calva y barbas blancas que es hoy.





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