Corazón de cielo y corazón de tierra

Imagen de James Henry en Pixabay


Los templos son espacios de fusión entre dimensiones físico y espirituales. Unen planos astrales encontrándose en ellos un abierto horizonte para imaginar posibilidades humanas. Los templos son construcciones intencionadas donde se unen expectativas concretas, rituales de común- unión y la búsqueda de la trascendencia.  

Recuerdos de viejas trayectorias me han llevado a reconocer templos  majestuosos, en rutas prefijadas por concepciones de una vida humana que camina por un sendero de peldaños celestiales. Todos los templos tienen un sentido  en el espacio geográfico y simbólico previamente visualizado.

Los templos son senderos, misterios a resolver, son pistas para un gran juego cuyo nombre es "vida buena". Se pueden encontrar gansos, que representan las  almas resguardadas en un territorio físico y temporal. Un año de estelas blancas que cuidan los jardines paralelos al altar de algunas catedrales.  

Templos son fuentes de descanso, un alivio para los escenarios de lucha como las inclemencias del tiempo. Templo es un pozo de agua donde conectar con la profundidad de la tierra, la madre primigenia que nutre y liga con los instintos básicos de cuidado.

Templo son piletas, agua y huevos; simbolismos que invitan a acariciar la idea de renacimiento, a eclosionar en mejores versiones animados por las fiestas comunitarias y por la voz de la primavera.

Templo guardián, de reliquias que atesoran modelos humanos de crecimiento. La comunidad valora, la misma que circunda y mira atenta los liderazgos capaces de entrar en su memoria colectiva. Templos son sepulturas que cuidan a sus distinguidos que por un rol público se consideraban ungidos por la divinidad.

Templo ciudadela de alturas, un atento mirar hacia el maravilloso cielo infinito buscando respuestas. Templos piramidales un espacio de energía celestial que nos transporta. Templos de escaleras y majestuosidad, recreación del cielo como una meta humana la cual alcanzar.

Templos son verticales, sin embargo los hay horizontales, un espacio circular que nace de un centro. Un árbol es un ara, la vida y enseñanza nos fortalece, un tallado de madera con escalinatas, una figura humana que nos recuerda que somos centro y altar para desde nosotros mismos llegar a esa dimensión de espíritus protectores. Templos hay con el cielo como techo y las estrellas como velas. Sus construcciones son temporales con un fin de comunión entre hermanos. 

De las cuevas profundas, los humanos nacimos ocupando espacios de convivencia material.  Nuestra misión es que perdure, como los hielos eternos  de los polos, el cuidado de nuestra ñuke mapu debe ser trascendental.


* ñuke mapu significa madre tierra en lengua mapudungun del Pueblo Mapuche del wallmapu (sur de Chile y Argentina).

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